Cuando era más chica prefería, sin tener que pensarlo, Halloween al Día de Muertos. En uno me disfrazaba, mientras que en el otro apestaba a cempasuchil. En uno me daban dulces, mientras que en el otro yo le daba dulces a personas muertas. Era muy fácil decidir cual era el mejor. Pero este año no tuve (tendré) Halloween, todas las fiestas donde me hubiera podido disfrazar se juntaron con una convención que tuve fuera de mi ciudad. De hecho, el año pasado tampoco me disfrace. ¿Tenía ganas de disfrazarme? Sí, de sirena o de gitana. Pero no me arrepiento de no haberlo hecho, y hoy mientras visitaba The Glamoural, me di cuenta que fue perfecto no haber tenido Halloween.
Basta de disfrazarnos de princesas o caricaturas, basta de adoptar culturas que no son las nuestras. México es un país que lo que desborda y brillan son sus costumbres únicas. Nuestro Día de Muertos quizás es un poco raro para nuestra cultura actual, pero eso no quiere decir que lo dejemos de lado. The Glamoural me dio un gran ejemplo.
Es el sentirte parte de tus raíces y adaptarlas a tu realidad.
Se sigue viendo hermosa, se sigue disfrazando, se sigue viendo fashion y está abrazando la cultura mexicana. Es ajustar las cosas a tu estilo de vida. (Además tiene un toque muy Lady Gaga, tengo que mencionar).
Me encantó de arriba a abajo y de adentro hacia afuera.
El Día de Muertos, mi Día de muertos.
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